Nos encontramos en un momento de cambio, el consumidor ya no es el que era hace años y las empresas tampoco pueden quedarse atrás. El consumidor consciente ha venido para quedarse y eso supone revisar quiénes somos también como marca y afrontar los cambios que eso pueda suponer.
Estamos ante un reto, pero también ante una oportunidad. Y en estos tiempos inciertos… ¡hay que aprovechar las oportunidades!
¿Cómo es el consumidor consciente?
Los consumidores son ahora los agentes del cambio y son quienes demandan tanto a las compañías como a los gobiernos un mayor compromiso social y medioambiental. El consumidor actual ha tomado mayor consciencia del impacto que suponen sus actos en el medio que le rodea y eso ha conllevado nuevos patrones de consumo, donde el precio no lo es todo. De hecho, según el último informe de la firma líder EY “Future Consumer Index – Deconstruyendo al consumidor en un entorno post-vacuna”, los consumidores estarían dispuestos a pagar una prima en productos de alta calidad, productos saludables, sostenibles y orgánicos y que estén hechos en España.
Cada vez crece más el interés por las marcas socialmente responsables, aquellas en las que el consumidor se pueda sentir reflejado e incluso orgulloso de comprar. El consumidor consciente valora el impacto que tiene el producto o servicio en el medioambiente y en las personas, y busca marcas auténticas, éticas, sostenibles y con las que comparta sus valores.
¿Cómo tienen que ser las marcas con conciencia?
En este entorno, es importante que las marcas revisen sus propósitos y pongan al frente los valores, más allá del beneficio económico. Además, para que una marca con conciencia llegue al éxito es importante que tome nota de los siguientes aspectos:
La acción sostenible es rentable y el retorno para la empresa se puede observar en múltiples aspectos, pero no olvidemos que es esencial creer en ello y apostar en esa dirección.