Un paso más en la rápida e imparable era digital es el auge del marketing colaborativo. Si en una primera instancia se daba al usuario la posibilidad, generalmente a través de los medios digitales y sociales, de exponer su opinión, de hacerse escuchar por las marcas, la cosa ha ido un paso más allá, y ahora son los usuarios los que tienen la sartén por el mango.
Nadie mejor que los propios compradores conocen lo que quieren y tienen ideas para mejorar los productos que consumen diariamente. Ellos, casi por encima de cualquier experto en marketing, pueden apoyar el desarrollo de nuevos productos con su profunda experiencia. Según los expertos, las marcas que aprovechen y expriman esta valiosa información serán las que crezcan, se conviertan en las favoritas del mercado por encima de sus competidores, y se vuelvan más populares.
En general, los compradores ya no se conforman solo con comprar, sino que están dispuestos de forma generalmente desinteresada a colaborar con las marcas para lograr que estas produzcan o mejoren sus productos, y satisfagan plenamente sus deseos. En resumen, como su propio nombre indica, el marketing colaborativo alude al hecho de que los clientes colaboran, cooperan, se involucran directamente en el proceso de elaboración de nuevos productos, en la mejora de productos ya creados, o participan de manera activa en i+d.
Empresas y clientes se situan por tanto en el mismo plano, al mismo nivel, hablan el mismo lenguaje, se miran de frente y se hablan de tú a tú. La marca ahora es más persona que nunca, el cliente ahora es más decisivo de lo que jamás lo haya sido antes.
Las empresas que colaboran con sus consumidores en la definición y la creación de un producto estarán mejor preparadas para su comercialización. Porque la utilidad de un producto está realmente en la mente de los consumidores, y para venderlo mejor no hay que imponérselo a los compradores, sino darles la palabra.
Además, todo ello tiene también una importante ventaja, no solo los clientes se sienten más valorados, lo cual impactará decisiva y positivamente sobre la imagen de la marca y la fidelización, sino que la inversión, en términos económicos, de dichas campañas será mucho menor que en el marketing convencional. Podríamos decir que gracias al marketing colaborativo, si sabemos enfocarlo y realizarlo correctamente, podremos realizar una menor inversión económica y, por el contrario, lograremos un retorno mucho mayor sobre la inversión.
Por ello, la clave y el éxito de las empresas estará en cómo contacten con los consumidores, cómo se dirijan a ellos para recopilar la información, cómo filtrarán y organizarán todo ese conocimiento recogido… Estas cuestiones son las que deberían ocupar a los anunciantes en estos momentos.
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