Como dijo Seth Godin –uno de los teóricos del marketing más relevantes de este siglo–, “el marketing ya no se trata de las cosas que vendes, sino de las historias que cuentas”. Pues sin más preámbulos, eso mismo, amigos, es el storytelling.
Y hasta aquí el artículo de hoy.
No, en serio.
El marketing avanza con la era digital, sin embargo el uso del storytelling, que tan en boga está ahora, no es algo nacido en esta época. El marketing tradicional (el más off de los off) ya usaba el storytelling para tratar de enamorar a sus potenciales clientes. Esas primeras cuñas de radio publicitarias en las que se narraban minihistorias con final feliz. Esos spots en blanco y negro que nos mostraban familias unidas entorno a un producto. ¿Te suena, verdad?
Lo que sí es cierto es que con las nuevas tecnologías de la comunicación el storytelling no solo se ha adaptado fantásticamente a este entorno, sino que se ha hecho aún más fuerte, parece haber encontrado su medio natural de desarrollo y actualmente es uno de los métodos más efectivos que tenemos para generar un link emocional con nuestro público.
A través de una historia conectamos con la gente y generamos una emoción. Un pensamiento sumado a una emoción genera a su vez un sentimiento. Esto se traduce en que si logramos provocar un sentimiento en la gente, estaremos consiguiendo permanecer en su pensamiento (razón) y también en su emoción, con lo que habremos logrado el tan adorado engagement y el tan ansiado recuerdo.
Conseguir todo esto, que parece una fórmula matemática sencilla, no es moco de pavo. Para empezar son necesarias 2 cosas fundamentales:
- Conocer muy bien a nuestro target. Saber lo que le gusta, qué tipo de lenguaje utiliza, cómo le gusta que le hablen, cómo sienten, cómo se emocionan, cómo piensan.
- Salir de la zona de confort, olvidar patrones antiguos. Ser creativo.
10 claves del storytelling para enamorar:
- Lo siento, marca querida, pero tú ya no eres la protagonista. Ahora los protagonistas son ellos y ya no vale con llamarles audiencia o público así a cascoporro. Ahora hay que llamarles por su nombre.
- Marca, bonita, humanízate. ¿O es que acaso no hay personitas trabajando ahí? Pues eso, usa más tu esencia.
- Ya sabemos que lo haces todo bien, pero ¡EMPATIZA!
- Escucha antes de hablar. A mí esto me lo decía mucho mi madre, debe ser por eso que no se me da del todo mal.
- Crea contenido interesante. Que sí que sí, que tienes unas ofertas estupendas, el producto de mejor calidad o eres líder en el mercado. Pero eso ya no es del todo suficiente. La gente está ávida de contenido interesante, de valor, que le aporte, que puedan aplicar y compartir.
- Una pista. Hay temas que le interesan a todo el mundo, es decir son “universales”: el amor, la muerte, la amistad, el desamor, la enfermedad, la lucha… ¿Qué tal si los usas?
- Ah, se me olvidaba. ¡El humor siempre triunfa!
- Deja que la gente te ayude a crear, pídeles que te ayuden (marca, ahora que has asumido y aceptado que no eres perfecta, te será más fácil hacer este ejercicio), diles que su aportación es importante, que compartan sus experiencias y, así con ellas, podrás formar tu historia.
- Un tip sacado del cine: los behind the scenes. Seguro que tienes cosas curiosas de lo que sucede entre bambalinas. No seas tímido, enséñalo.
- Adapta bien tu historia a los diferentes soportes (digitales o no). Fundamental.
Cuéntame un cuento y verás qué contento… (No veía la forma de meter este temazo en un artículo y hoy, por fin, lo he conseguido ¡yuhuuu!)