En internet introducimos una gran cantidad de datos sobre nosotros, nuestros gustos, nuestras costumbres, nuestros hábitos de compra, el lugar donde vivimos, etc. A veces no somos conscientes (o sí) de la gran cantidad de información que los navegadores y redes sociales conocen de nosotros.
Con el revuelo que se ha formado tras la actualización de los términos y condiciones de privacidad de WhatsApp (en las que hay que deshabilitar un check box para que tu información de WhatsApp no se comparta en la red social Facebook), parece que poco a poco nos hacemos más conscientes de que los datos se almacenan y se comparten en pos de intereses comerciales que benefician a las marcas que buscan sus clientes potenciales por cualquier sitio —a pesar de que la mayoría de las veces tratan de convencernos de que todo esto lo hacen para “mejorar nuestra experiencia de usuario”—. Eso de momento, porque no sabemos hasta qué punto puede llegar a ser compartida y usada toda esta información.
Por eso, vamos a mostrarte todo lo que en concreto Google, el buscador por excelencia, sabe de nosotros y cuyos únicos y últimos responsables de todos esos datos almacenados somos nosotros mismos. Por eso, para que no seas víctima sino responsable de lo que compartes o no, vamos a ver qué se guarda, cómo se usa y cómo podemos actuar. Dejemos de demonizar por sistema a las compañías tecnológicas y empecemos a responsabilizarnos del uso que les damos y de las políticas que aceptamos prácticamente a ciegas.
- Chrome – Google, con su navegador Chrome, guarda todas las búsquedas que realizas y el uso que haces del navegador, los plugins o extensiones que tienes instalados y demás herramientas que el navegador permite y proporciona.
- Android – Si tienes un teléfono Android vinculado a una cuenta de Google, ya sabes que ahora también tienen “fichado” todo lo que haces con tu móvil; tu ubicación, aplicaciones móviles que descargas, etc.
- Google (buscador) – Todo lo que buscas, por tanto, tus intereses, preocupaciones, dudas, publicidad con la que interactúas.
- Youtube – ¿Buscas recetas? ¿Vídeos musicales? ¿Tutoriales de belleza? Seguro que aunque a priori creas que no es relevante para nadie el tipo de vídeos que te gustan, es más interesante de lo que te imaginas o ¿acaso no hay marcas detrás de todos estos contenidos?
- Maps – Ni te cuento lo que pueden ofrecerte sabiendo las rutas que haces, los lugares que visitas, o los caminos que recorres; restaurantes, tiendas locales, ofertas en tu área.
- Correo electrónico – Google es capaz de monitorizar nuestros emails y observar los temas que nos interesan y sobre los cuales recibimos y enviamos información. Por ejemplo, si tenemos muchos emails relativos a viajes, es posible que nos interese recibir publicidad sobre ofertas de vuelos o paquetes vacacionales a buen precio, ¿no?
En resumidas cuentas, con una cuenta de Google saben: datos de registro, datos sobre tu ubicación física, información de lo que haces con sus servicios (cómo los utilizas), lo que se almacena a través de las cookies, datos de tus dispositivos… Si quieres información más detallada sobre todo esto, puedes encontrarla aquí. Te recomendamos que la leas, la interiorices y actúes en consecuencia.
Como nuestra intención no es sembrar el pánico, sino entender lo que sucede y saber qué podemos hacer para proteger nuestra privacidad (en la medida en la que nos lo permiten), estamos seguros de que un alto porcentaje de la gente acepta las políticas de privacidad o los términos y condiciones de uso así a las bravas, sin leer ni una sola línea, ni desactivar las casillas automáticas dichosas.
La buena noticia es que desde hace ya un tiempo Google tiene el servicio “My Account” (o “Mi cuenta”), al que no hemos prestado demasiada atención, pero que sin duda la merece. Para acceder, solo tienes que clicar en el icono de tu imagen de google (una vez estás registrado, claro), y seleccionar el recuadro azul que pone “Mi cuenta”
Una vez dentro, lo primero que puedes hacer es ajustar y restringir la información que has otorgado a través de “revisión de seguridad” y “revisión de privacidad”, respectivamente. Sin embargo lo verdaderamente interesante lo encontramos en la pestaña de “Mi actividad”
Desde aquí podemos rastrear toda la información almacenada, borrar aquello que no queramos que se conserve y limitar el acceso a tus datos.
En “Otra actividad de Google” podemos acceder al historial de Ubicaciones, información de los dispositivos y otras opciones. Tendrás la posibilidad de modificar a tu elección.
En “Descarga tus búsquedas anteriores” Podrás obtener un archivo completo con todos los datos almacenados en los diferentes productos de Google.
Como ves, aunque de primeras dé un poco de vértigo, lo cierto es que no es para tanto y que en nuestra mano está limitar lo que Google sabe de nosotros. Además, en realidad, no les interesa tanto nuestra información al completo, con nombres y apellidos, al detalle y rastreando nuestra actividad diaria de forma minuciosa, sino tener la oportunidad de ofrecer a sus clientes una segmentación de público lo más acertada posible para el éxito de sus campañas.
