Las empresas conscientes de la evolución tecnológica, las ventajas de internet y los nuevos hábitos de consumo abren sus perfiles en redes sociales y comienzan a comunicarse a través de ellos. Sin embargo, no es inusual ver que muchos de estos perfiles se cierran o permanecen inactivos desde hace mucho tiempo, es decir, han sido abandonados. Este comportamiento llama mucho la atención. ¿Por qué ocurre y qué soluciones hay frente a ello?
Algunos motivos por los que las empresas cierran sus perfiles y cómo evitarlo son:
1- No se sigue una estrategia clara. Actuar sin estrategia es como estar perdido sin GPS… Damos vueltas y más vueltas sin encontrar el rumbo, y al final nos acabamos cansando y abandonamos la carrera.
2- No hay unos objetivos que alcanzar, o son objetivos mal definidos o absurdos como, por ejemplo, “tener muchos fans”. Como ya decía el refrán, hay quien prefiere burro grande ande o no ande. ¿Para qué tener una comunidad gigante si los usuarios no interactúan, no nos aportan información de valor sobre ellos, ni sobre lo que opinan de nosotros o nuestros productos, y no tenemos claro que hacer con todos ellos? Hay que preguntarse para qué se quieren todos esos seguidores, qué se pretende conseguir con ellos. Es preferible reflexionar y, llegado el caso, cambiar al refrán más vale la calidad que la cantidad.
3- No se está midiendo lo que se hace con el fin de ver qué acciones funcionan mejor o peor, e ir corrigiendo y avanzando. El análisis es fundamental para saber si nuestro trabajo y esfuerzo está dando los frutos esperados.
4- No tenemos claro cuál es nuestro público objetivo y, por tanto, no nos estamos dirigiendo a ellos de la forma adecuada. Este es un problema muy importante porque nuestros mensajes no llegan, no calan y, en consecuencia, nunca habrá feedback. Si el médico nos explicase nuestras dolencias o enfermedades utilizando la terminología clínica, probablemente no entenderíamos nada. Deben adaptar su lenguaje en función de la persona que tienen delante, para hacer accesible su mensaje. Pues eso es exactamente lo que debemos hacer.
5- No publicamos todos los días con la misma periodicidad. Si hoy publicamos, mañana no, y pasado mañana posteamos tres veces seguidas, provocaremos cierto desconcierto, y al final, bien por escasez, o por saturación, la gente puede dejar de seguirnos. Recordemos que herramientas como Hootsuite o Tweetdeck nos pueden ayudar en la gestión de las RRSS, a planificar y programar los mensajes. Para conocer otras herramientas que nos pueden ayudar, mira la entrada 10 herramientas imprescindibles para gestionar redes sociales.
6- En algunas empresas no se asignan los recursos humanos suficientes para soportar el volumen de trabajo que el mantenimiento de los perfiles genera. O lo ponen en las manos equivocadas que no disponen del tiempo, la formación (o ambas cosas) suficiente para mantenerlos, optimizarlos, cuidarlos y sacarles el partido que se debieran.
7- No se aportan recursos financieros para que las comunidades crezcan y tomen valor y peso. Es cierto que la mera presencia en las redes sociales es gratuita, y que la inversión económica inicial que hay que hacer en ellas no es muy alta, pero para sacarles partido es necesario destinar un presupuesto.
8- Los responsables de la empresa se convierten en un obstáculo, no son usuarios de redes sociales, no comprenden su importancia, les parece una tontería o no creen en el potencial que pueden tener para su marca (de verdad, esto sigue ocurriendo). Estos perfiles en redes están destinados a morir, porque nunca dispondrán del respaldo necesario.
9- No seleccionar las redes sociales adecuadas. O bien se abren demasiadas que luego no son útiles, o son pocas y mal seleccionadas. Lo importante es ver aquellas que nos ayudarán a alcanzar lo que queremos, aquellas donde está la gente adecuada a la que queremos impactar y aquellas donde vamos a poder mostrar de una mejor forma lo que necesitamos expresar.
10- Repetir siempre lo mismo. Si somos unos pesados y siempre publicamos lo mismo, la gente se hartará y se irá.
11- Convertir los perfiles en escaparates de venta. Está muy bien que enseñemos nuestros productos y que tratemos de vender sus bondades, pero no constantemente y como único contenido. Debemos buscar un equilibrio y hacerlo con habilidad.
12- No estar alineados con los intereses de la compañía, no seguir una táctica común de comunicación y marketing. La gestión de redes sociales debería ocupar un lugar relevante en la estructura de la compañía. Hay que estar enterado de todo lo que ocurra para saber qué responder en cada momento.
13- El miedo ante una crisis de reputación online paraliza. Para ello es necesario tener clara una línea de comunicación de crisis. Si en algún momento sucede algo que pueda suponer un riesgo para nuestra reputación, hay que tener claros los pasos a seguir.
14- Muchos de los objetivos en redes sociales se consiguen poco a poco, y no pueden lograrse a corto plazo, hay que tener paciencia. Muchos jefes o dueños de empresas, si no ven resultados de forma inmediata, deciden que no son canales útiles y deciden cerrarlos.
En resumen; tener claros los objetivos, seguir una estrategia bien definida, adecuar nuestros mensajes al público objetivo, medir y analizar los resultados de nuestras acciones y contar con profesionales que sepan gestionar las redes sociales son los puntos fundamentales para que las empresas no cierren sus perfiles.
¿Qué otras cosas crees que motivan el abandono de las redes por parte de las marcas?