Los millennials, también conocidos como Generación Y, forman la generación de personas que han vivido su paso a la madurez durante el cambio de milenio (de ahí el nombrecito), es decir, alrededor del año 2.000. Se consideran, por tanto, pertenecientes a esta generación aquellos nacidos entre 1981 y 1995, o sea, los que actualmente tienen entre 20 y 35 años.
Esta época de los dosmil, el cambio de siglo y de milenio, estuvo marcada por la bonanza económica, antes de la crisis. Precisamente estas 2 circunstancias (vivir una época de abundancia seguida de una crisis económica mundial) son las que han determinado su carácter, su forma de ver la vida, de interactuar entre sí y de consumir.
Se han criado consumiendo, durante su infancia y adolescencia, han tenido todo aquello que deseaban. El boom de las marcas, la publicidad, la variedad, la saturación, ha sido el entorno en el que han crecido.
Con la crisis ajustaron sus presupuestos, porque, además, en su mayoría eran estudiantes con recursos limitados, pero con ansias de seguir consumiendo. Esto último unido a la explosión tecnológica —entiéndase explosión como repunte o alza del mundo digital— y sobre todo de las redes sociales, cambió totalmente la forma de percibir a las marcas y, por tanto, de consumir de estos jóvenes.
El millennial es lo que se denominaría un nativo digital, nació cuando la tecnología estaba avanzada, y ha evolucionado con ella transformándose en un ser digital y convirtiéndose en un actor que se maneja a la perfección en un escenario imprescindible en su vida; las redes sociales.
Es importante señalar que, obviamente, un millennial no puede vivir sin su ordenador y mucho menos sin su smartphone, que tendrá cargadito de apps muy diversas.
Vamos a definirlos poniéndonos en su cabeza; “a mí, millennial, ya no vale con ofrecerme una publicidad impactante porque estoy saturado, ahora voy a ver lo que mis amigos o la gente como yo que está en internet opina sobre tu marca. Voy a comunicarme contigo, marca, de tú a tú, así que ya puedes estar atento y ser activo en el área digital, hablarme en mi lengua y con mis códigos, porque yo estoy aquí, así que si tú no estás, me pierdes como consumidor. Además, si me dejas comprar tus productos a golpe de clic y desde mi casa, oficina o móvil, pues me lo pondrás mucho más fácil para elegirte entre todas las ofertas”. Se entiende, ¿verdad?, es sencillo.
A esto le sumamos que es un consumidor muy exigente. Recordemos que son jóvenes generalmente con estudios, lo cual hace que tengan una mente un poco más analítica y exijan un esfuerzo de inteligencia por parte de la marca para dirigirse a ellos y sorprenderles con originalidad. No lo han pasado demasiado bien en su incorporación al mundo laboral, así que mirarán mucho no solo el precio en sí, si no la relación calidad-servicio-precio. Otro punto importante es que si quieren algo, lo quieren ya. Saben que las cosas buenas cuestan y están dispuestos a gastarse el dinero, pero tiene que merecer realmente la pena, y es responsabilidad de la marca saber despertar ese interés y comunicarles el gran valor que obtendrá si consumen sus productos.
Es un ser sumamente social, por ello no solo primará la opinión de sus amigos (virtuales o reales) sino de los internautas o usuarios de redes sociales en general. Empoderará los servicios entre las personas puesto que de alguna forma prefieren compartir a poseer, de ahí el éxito y auge de proyectos como Blablacar, AirBNB, Uber, etc.
Además de ser exigentes son críticos y, como dan importancia a la opinión, también la expresan libremente y generalmente sin pelos en la lengua, por ello más vale que las marcas estén dispuestas a escuchar y ser cautas al contestar. Además no les servirá cualquier respuesta, exigirán que sea personalizada, porque la personalización será otra de las cosas que van a apreciar de las marcas.
A pesar de esta exigencia, son capaces de enamorarse de las marcas y son profundamente optimistas. Solo hace falta tener la habilidad de tocarles el corazón y fidelizarles como ellos necesitan y que las marcas se comprometan con ellos.
Según la consultora Deloitte, en 2025 representarán el 75 % de la fuerza laboral del mundo.
En resumen, los millennials son DIGITALES y MULTIDISPOSITIVO, EXIGENTES Y CRÍTICOS, RECLAMAN LA PERSONALIZACIÓN y son SOCIALES.
¿Y ahora? ¿Qué hay que hacer como marca para triunfar entre los millennials? Unos consejillos muy rápidos:
- Conoce bien a tu target, cómo se comporta, qué hace y dónde está.
- Ofrécele contenido personalizado, localizado, adaptado a sus necesidades.
- Comprométete con ellos.
- Habla donde ellos hablan y en su lenguaje.
- Adáptate.
- Imprescindible manejo de herramientas móviles y aplicaciones.
- Siempre responde. Usa las redes sociales como a ellos les gusta, no se trata de tener un escaparate más de tu producto.
- Ama tu producto y muéstrale sus beneficios con ayuda de influencers.
- Actúa rápido frente a los cambios. Conoce la actualidad. Diviértete y se divertirán.
- Ellos son los expertos… Aprende.
- Conversa.